Que ver en Gandia

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Gandia lo mejor que ver y hacer

Gandía está situada al sur de la provincia de Valencia y a 65 kms. de la capital, y dista 116 kms. de la ciudad de Alicante. La importancia histórica de Gandía, su población y su potencial económico y turístico han hecho de ella con justicia que sea la capital de la comarca de La Safor. Para llegar a Gandía por carretera, se accede por la Nacional N-332, y luego conexión con la Autopista A-7 o del Mediterráneo, por la Salida 60, para desde aquí conectarse con importantes vías de comunicación con diversos puntos de la geografía española, como Cataluña, Andalucía, Murcia, Madrid, Castilla la Mancha, etcétera. En tren se puede llegar a Gandía desde Madrid, durante el verano gracias a los dos trenes diarios directos Gandía-Madrid que Renfe habilita especialmente en estas fechas; el resto del año sólo funciona diariamente uno directo.

Desde Valencia funciona un servicio diario con amplitud de horarios grande, desde por la mañana hasta la noche y con una frecuencia de media hora. Además, desde la Estación de Renfe Valencia se puede acceder a casi todas las ciudades de España. En avión, el aeropuerto más cercano a Gandía es el de Manises, en Valencia, que dista unos 80 kilómetros, y en la provincia de Alicante, el del Altet, a una distancia de 130 kilómetros.

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Gandía es la capital de la comarca costera de La Safor, que se extiende por el sur de la provincia de Valencia, y limita con las comarcas alicantinas de La Marina Alta y El Comtat. Su distancia a la capital provincial es de 65 kilómetros y de 116 respecto a la ciudad de Alicante. Además, disfruta de una situación geográfica privilegiada entre el mar y las montañas.

En Gandía nos encontramos con un paisaje rico en contrastes, con un clima templado la mayor parte del año, en una zona que disfruta de las máximas horas de sol de toda la península. Y sus playas, de gran extensión y belleza, sobre todo al norte de la ciudad, y a escasa distancia, en el interior, se asoman las escarpadas alturas de las Sierras de La Safor, Gallinera y La Marcheta, con las cumbres señaladas del Montdúver con sus 843 metros de altitud, y a sus pies, la extensa Huerta de Gandía, a lo largo de las orillas del río Serpis, en la que se abren los grandes humedales de la Marjal de Gandía, restos de primitivas albuferas o terrenos pantanosos de agua salada que se adentran en la tierra.

Entre sus playas, la del Grao, la mayor de Gandía, es una franja rectilínea de más de cinco kilómetros de arenas finas, a la que se ha engalanado más aún con la incorporación de su Paseo Marítimo de Neptuno, en torno al cual se extiende una gran franja verde decorada con palmeras, pitas y otras plantas mediterráneas, y que se acompaña de numerosos establecimientos hosteleros, terrazas, bares, restaurantes, heladerías, haciendo de esta franja la zona de mayor animación nocturna de toda la ciudad.

El Puerto de Gandía o del Grao, en la desembocadura del río San Nicolás, fue en otro tiempo uno de los puertos fruteros más importantes de Europa, y hoy mantiene una importante actividad pesquera y de primer orden en el transporte de cítricos. Además, su especialización actual en el tráfico de mercancías de la industria de las artes gráficas, han hecho de este puerto el más importante de España en transporte de papel. En la lonja del puerto le da mayor aire marinero A Gandía, en la que sobre las siete de la tarde tiene lugar la subasta de las capturas diarias.

Monumentos que ver en Gandia

PALACIO DUCAL O DE LOS BORGIA / BORJA

(C/ del Sant Duc, junto a la Plaza de la Constitución).
El origen de este edificio parece ser una construcción árabe. La fachada es del siglo XV, en estilo italiano. Sobre la puerta de la fachada principal hay un arco de medio punto enmarcado por un alfiz y un relieve con dos ángeles que sustentan el escudo de los Borja. En otra fachada, de estilo gótico, hay varias ventanas geminadas y otras con molduras. El edificio se articula en torno a un gran Patio de Armas central, del que parte una monumental y refinada escalera adosada de dos tramos. Sobre ella se encuentra una de las ventanas primitivas de estilo catalono-aragonés.

En este bello patio hay varias ventanas divididas con finas columnas y una galería elevada con soportales. Bajo los arcos que sostienen la escalera hay un brocal de un pozo, una cabeza barroca y un escudo policromado. Entre sus salas más interesantes hay que destacar el dormitorio donde nació San Francisco de Borja; el Comedor de los Duques, donde se guardan libros y manuscritos; el Salón Verde, con suelo de azulejos de Manises del siglo XVI; la Sala de María Enríquez, con fragmento del pavimento del XV; el Salón de Coronas; la Galería Dorada, con retratos ovales de la familia Borja y otras pinturas interesantes. En el Salón de las Águilas hay un friso de decoración barroca con figuras de águilas. El Oratorio, con planta en forma de ataud, conserva interesantes mármoles, pinturas y maderas nobles. En el interior de la Iglesia hay numerosos arcos apuntados que sostienen la cubierta de madera, bajo uno de los cuales, hay una arquería destinada a albergar imágenes.

AYUNTAMIENTO

(Plaza de la Constitución).
Este edificio de uso civil se levantó en 1778. La fachada se realizó en estilo neoclásico, y presenta grandes columnas que sostienen un voladizo con relieves, y en la parte baja tres voluminosos arcos de piedra. En la parte superior está rematado por una balaustrada muy elegante sobre la que descansan los bustos que representan a cuatro virtudes que deben seguir los gobernantes y representantes públicos. La fachada del siglo XVIII fue lo único que se conservó en la reconstrucción del edificio en 1982.

COLEGIATA DE SANTA MARÍA O LA SEU

(Plaza de la Constitución).
Este edificio conmemoró en 1999 su 500 aniversario. Fue el 26 de octubre de 1499 cuando el papa Alejandro VI daría el título de Colegiata a la primera iglesia de la ciudad. Se construyó durante los siglos XIV, XV y XVI por la familia ducal de los Borja. Se cree que se levantó sobre una iglesia visigótica, y después pasó a ser mezquita, y tras la reconquista de Jaime I volvió al culto cristiano. Es uno de los mejores ejemplos del gótico valenciano. En la cabecera se eleva una torre barroca. En el exterior, dos portadas; la de la Plaza es del XV y presenta una imagen de la Virgen y relieves en algunas de sus arquivoltas, además de gruesos contrafuertes en sus muros, y varias gárgolas en la parte superior que representan figuras de animales. La fachada principal con una portada del XVI con ventanas adinteladas y varis escudos de la duquesa María Enríquez. El interior está iluminado por un bello rosetón y está cubierto por una bóveda de crucería. En los laterales se abren varias capillas enmarcadas por arcos góticos apuntados.

HOSPITAL DE SAN MARC / SAN MARCOS

(Junto a la Plaza del Mercado).
El Hospital de Gandia se levantó en estilo gótico del XV, y se atribuye al primer duque de Borja, Alfons el Vell. Se concibió como una institución benéfico-sanitaria. Sufrió una importante remodelación en la primera mitad del siglo XVI. El edificio posee un patio central en torno al cual se articulan las diferentes dependencias. Hay dos salas principales, una para hombres y otra para mujeres, que se unen en uno de sus extremos, en el que había una capilla. Entre lo más destacable, la cubierta y los arcos apuntados de la sala de hombres.

ANTIGUA UNIVESIDAD DE GANDÍA O ESCUELAS PÍAS

(En la calle Mayor).
Este edificio lo fundó el duque Francisco de Borja en 1544, que lo donó a la Compañía de Jesús. Actualmente alberga, y desde 1998, la sede de la Universidad a Distancia (UNED), la Escuela Permanente de Adultos y el Colegio de los Escolapios. En 1548 adquiere el rango de universidad gracias a una bula papal. Hay dos partes diferenciadas: el Colegio y la Iglesia. La iglesia se levantó sobre la pequeña ermita de San Sebastián a principios del XVII. El Colegio data de mediados del XVI y se amplió en el XVIII. Aquí estudió en el siglo XVIII el famoso botánico Cavanilles, antes de que se clausurara en 1775. A destacar sus fachadas barrocas y algunas dependencias. En el exterior se encuentran sobre elevados pedestales las estatuas de los miembros más señalados de los Borja.

RUTAS POR LA COMARCA DE LA SAFOR: Que ver en los alrededores de Gandia

Punto de partida y llegada: Gandía.
Distancia a recorrer, aproximadamente 60 kms. Itinerario: Gandía – Xeraco – Tavernes de la Valldigna – Simat de la Valldigna – Barx – Rótova – Oliva – Piles – Gandía.

Xeraco / Jaraco

(A 8 kms. al norte de Gandía, por la N-332).
Este pueblo fue habitado ya hace muchos siglos, como prueban los restos de un poblado de la Edad del Bronce encontrados en la parte más alta del Monte de la Barcella, y otros de época ibérica. Entre su patrimonio monumental destaca la Torre Guaita, erigida en el siglo XVI, y se ubica a orillas del río Xeraco o La Vaca, y cuya función era defensiva, ante las incursiones de piratas; la planta es circular y se encuentra bien conservada. Su Iglesia de la Encarnación es del XVII, aunque se erigió sobre una mezquita anterior. También posee interés una Cisterna construida en 1888, construida para canalizar el agua procedente de la Font de l’Ull. Actualmente su uso no es el de abastecimiento, por lo que se ha acondicionado como sala de exposiciones y próximamente como museo etnológico de historia local.

Tabernes de la Valldigna / Tavernes de la Valldigna

(A 8 kms. de Xeraco, por la A-7 o N-332).
En lo alto de uno de los montes cercanos se levanta la Ermita del Santo Cristo, en un lugar desde el que se tienen unas vistas admirables. Es obra del siglo XIX, y entre lo más interesante están sus ventanales con vidrieras de colores, la decoración de su altar mayor. Tabernes posee otra de las curiosas torres-vigía que alfombran la costa valenciana. Se trata de la Torre de la Vall, una de las más estilizadas y altas, además de bien conservada de la provincia; su planta es circular, y tiene seis metros de diámetro, y no poseía escalera fija; en la planta alta hay una chimenea y varias alacenas antiguas, y en el exterior un matacán de piedra. En la Iglesia de Sant Pere, se conserva una interesante portada barroca y la torre que acaba en una elegante cúpula pequeña y otra de gran tamaño. En una ladera de la sierra cercana, en lo alto del Monte Cruces se conserva un típico Calvario o cementerio valenciano con placas de cerámica pintada.

Simat de la Valldigna

(A 5’5 kms. de Tabernes por la C-3322).
El edificio más representativo de Simat es su conocido Monasterio de Santa María de Valldigna, fundado a finales del siglo XIII por una comunidad de monjes cistercienses. Aunque ahora presenta un aspecto de cierto abandono, aún quedan en pie interesantes restos de los gruesos muros de su recinto amurallado. El monasterio presenta en la parte superior de su fachada unas cornisas con adornos en lugar de almenas. A la entrada se levantan dos torres cuadradas que flanquean un arco gótico de acceso. La iglesia es un edificio de grandes proporciones, en el que se conserva una interesantísima decoración en el interior de su gran cúpula, en una mezcla abigarrada de hojas de acanto, guirnaldas, escudos y rosetones que se entrecruzan. Sin embargo, el resto del edificio está dominado por la sobriedad. En el exterior se conservan los restos del claustro gótico así como otras salas en ruinas, de estilo gótico ojival. En las cercanías de Simat se encuentra la Mezquita de la Xara o Ermita de Santa Ana; del pasado árabe permanecen los ladrillos que forman el alero, con inscripciones en árabe del Corán; y en el interior una escalera de caracol que conducía al minarete

Barx / Bárig

(A 7 kms. de Simat, por carretera comarcal).
Localidad situada a los pies del monte Modúver, que se eleva más de 500 metros por encima de sus habitantes. Desde esta cumbre se obtiene una vista inmejorable de una amplia zona de la costa valenciana. Cueva de Parpalló. Se encuentran en una ladera del monte Modúver, en el entorno de la pequeña población de la Drova y Valle de la Drova. Se trata de una cavidad habitada por el hombre prehistórico hace unos 25.000 años, muestra de lo que se entiende como «arte rupestre levantino», con figuras muy estilizadas y dinámicas. En las excavaciones realizadas hasta la fecha han aparecido múltiples utensilios de pedernal y hueso y una gran cantidad de planchas de piedra caliza con inscripciones o pinturas en las que plasmaban una gran variedad de fauna y motivos geométricos. Sobresalen por su número los caballos, ciervos y cabras. Lo más curioso, es que a diferencia de cuevas de la misma temática del Levante, nunca aparece representada la figura humana en Parpalló.

Rótova

(A unos 17 kms. de Barx, pasando por Gandía, en dirección sur).
Atención especial merece por su importancia local y provincial el Convento de Sant Jeroni de Cotalba. Se trata de un conjunto arquitectónico en los estilos gótico, mudéjar y renacentista, que presenta dos claustros superpuestos de los siglos XIV al XVII. En el exterior se puede disfrutar del bello jardín levantado en el siglo XIX, que es atravesado por un acueducto gótico-mudéjar, con arcos de rosca del siglo XV. La Iglesia de Rótova es del XVIII, aunque ha sido reformada posteriormente. Es de estilo neoclásico valenciano e incorpora una amplia planta rectangular. Junto a la iglesia está el Palacio de los Condes de Rótova, obra de los siglos XVII y XVIII. Se trata de una casa señorial en la que resalta al exterior su fachada principal con almenas. En el pueblo se conserva una arquitectura popular típicamente valenciana en buen estado de conservación, con interesantes portales de los siglos XVIII y XIX.

Oliva

(A unos 15 kms. de Rótova, pasando por la Font d’en Carrós y saliendo a la A-7).
En la Plaza de España se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, en la que se mezclan estilos como el barroco y el neoclasicismo. Se construyó entre los siglos XVII y XVIII, y está dedicada a la Virgen de la Asunción. En el interior destaca una cripta que aprovecha el elevado desnivel del terreno, y también interesante son la capilla del Roser en la que hay interesantes muestras de cerámica valenciana, su original campanario y en el exterior, el revestimiento de las distintas cúpulas con tejas pintadas en color azul.

En la calle de las Moreres se ubican varias casas blasonadas, además del antiguo Asilo, que recientemente se ha habilitado como Museo Arqueológico de Oliva. En la calle Abadía se encuentra un edificio que fue antigua abadía, de origen mudéjar y una torre de la antigua muralla. En la calle de Sant Cristòfol se conservan varias casas del siglo XVIII. En el barrio del Raval se encontraba el barrio morisco, que conserva su trazado antiguo de fuertes pendientes, como en las calles Francesc Gisbert, L’Estora, Barranc, San Vicent y otras. La Iglesia de Sant Roc es del siglo XIX sobre otra renacentista; en su capilla de Cristo se venera la imagen del patrón de Oliva.  Consulta nuestra guía sobre que ver en Oliva.

Piles

(A 1’5 kms. de Oliva por la carretera paralela a la costa, en dirección norte).
Su famosa Torre de Piles se erigió en el siglo XVI como construcción defensiva de la costa frente a los ataques de piratas tan incómodos como Barbarroja. Con aspecto robusto y poco estilizada, posee un diámetro exterior de 10 metros y una altura de 13 metros. Presenta la particularidad de estar ligeramente inclinada hacia el oeste. Se puede visitar únicamente los jueves, entre las 16 y 18 horas. En Piles tiene interés su Iglesia de Santa Bárbara, construida sobre una antigua mezquita. En 1598 fue destruida por un terremoto y reconstruida en el siglo XVIII, por suscripción popular y con el trabajo de sus habitantes; lo más destacado de su interior es la capilla del Santísimo Cristo de la Agonía, de estilo clasicista, en la que se conservan frescos con escenas de la vida de San Felipe Neri, patrón de Piles. Se puede visitar de lunes a viernes, aunque sólo entre las 10 y las 11 horas. Para llegar de nuevo a Gandía, desde Piles distan unos 6’5 kilómetros.

PARAJES NATURALES DE LA COMARCA DE LA SAFOR

ULLAL DEL ESTANY

Este humedal se encuentra delimitado por la vía férrea, el cauce del río Sant Nicolás y una de las carreteras que llevan a la Playa del Grao. Este paraje natural es en realidad un nacimiento de aguas dulces procedentes de las montañas, que brotan a ras del suelo y dan lugar a una pequeña laguna de aguas claras y de forma redondeada. Los ullals tienen agua incluso en períodos de gran sequía y son muy ricos en fauna acuática. Aquí dominan las plantas hidrofíticas o muy ligadas al agua. En la periferia de la zona húmeda destacan el carrizo y la espadaña o enea. Flotando en el agua están los nenúfares y las diminutas lentejas de agua, así como la espiga de agua. Entre su fauna característica están peces como el black-bass o perca americana y especies como las ranas y la culebra de agua. Entre el carrizo se ocultan aves como la polla de agua, el zampullín chico y la lavandera blanca, y cerca de las orillas de los «ullals» y acequias se aprecia, en el fondo, el cangrejo americano.

ULLAL FOLS

Este espacio acuático singular se encuentra al norte de Gandía y frente al Castillo de Bayrén. Entre su vegetación más característica se encuentran los carrizos y eneas, y la salicaria con sus flores rosadas. Flotando en el agua los nenúfares, la espiga de agua y, sumergida, la filigrana menor. Oculta entre la vegetación acuática se pueden observar interesantes endemismos como las gambas de agua dulce y entre las piedras del fondo, los caracoles acuáticos, como los «melanopsis», cangrejos negros también endémicos. En cuanto a los animales vertebrados se encuentran las mismas especies que en el Ullal del Estany.

MARJAL XERESA

Ocupa una extensa franja cercana a la costa, de más de un kilómetro de ancho por casi tres de largo. Es éste un lugar de enorme riqueza ecológica, restos de lo que fue una antigua albufera, recorrida por innumerables acequias y arroyos. De su vegetación destacan varias especies del medio acuático, como las eneas, los carrizos y las mansiegas, éstas últimas formando matas de tallos cilíndricos, la grama de agua y el lirio común. De su fauna, decir que numerosas especies de aves la utilizan para nidificar, como las que vienen desde África en primavera, como la garza imperial, la cigüeñela, el carricero tordal y el fumarel cariblanco. Otras son permanentes, como el ánade real, la focha común y la polla de agua, y otras habituales, como el aguilucho lagunero y la garcilla bueyera. De los mamíferos destaca la rata común y la escasa rata de agua. En las acequias también encontraremos cangrejos americanos.

DUNAS DE LA PLAYA L´AUHIR

La Playa de l’Ahuir está situada al norte del municipio de Gandía y tiene unos tres kilómetros de longitud. Posee una vegetación exclusiva de estos lugares costeros, adaptada para soportar unas condiciones extremas en suelo arenoso y con poca humedad del subsuelo, bajo contenido en materia orgánica y frecuentes vientos abrasivos. Aquí se dan la pita, los tarays; el barrón y la cañuela marina, que forma una especie de cortina en la cumbre de las dunas; el hinojo marino, de flores blancas; el cardo corredor marino, con hojas anchas y espinosas; el cuernecillo marino, de flores amarillas, y la azucena de mar, de vistosas flores blancas. Las especies animales son las propias de estos ambientes, como el escarabajo pelotero, y la hormiga-león, que deja su larva escondida en la arena. Entre los vertebrados están la lagartija colirroja y la lagartija cenicienta. Entre las aves, el chorlitejo patinegro, y en la orilla del mar, las gaviotas, cuya especie más habitual aquí es la patiamarilla.

RACÓ DEL DUC O BARRANCO DEL INFIERNO Y CIRCO DE LA SAFOR

Así se conoce al tramo del río Serpis que discurre entre los municipios de Villalonga, en Valencia y l’Orxa/Lorcha en Alicante. Aquí el río atraviesa las sierras de La Safor y La Cuta, entre acusados desniveles de sus crestas montañosas, y forma un paisaje espectacular, en el que se dan una vegetación y fauna muy peculiares. El recorrido, de unos 10 kilómetros discurre por una antigua plataforma que utilizaba el ferrocarril de Alcoy al Grao de Gandía. Es un itinerario bastante llano y paralelo al río Serpis, en el que se toma contacto con cinco pequeñas centrales hidroeléctricas de cierta antigüedad y ubicadas en parajes escondidos y pintorescos. En esta zona vive una gran variedad de especies animales. Así, en las aguas del río habitan especies como el barbo, el cachuelo, la anguila, el carpín dorado y la trucha arco iris. Alrededor del cauce habita el martín pescador, el ruiseñor bastardo y el ruiseñor común, y en las paredes rocosas hay diferentes tipos de aves, como el gorrión chillón, el avión roquero, el búho real y el cernícalo. De su vegetación variada predomina el bosque bajo, con especies arbóreas y arbustivas de hojas pequeñas, así como bosquetes de pino carrasco junto a grupos de carrascas. También se encuentra el fresno de flor, que crece en ambientes húmedos y sombreados. En las partes altas del Circo de La Safor aparecen especies vegetales únicas en la comarca, como el arce, el tejo y la escabiosa de Cavanilles.

MARJAL DE GANDIA

Antigua albufera en el que se ha creado un ecosistema de humedales que se inundan temporalmente. Además, entre la zona húmeda y el mar se conservan los restos de una antigua dehesa, un gran cordón de dunas de fina arena y la playa. El nivel de las aguas es bastante alto debido a la aportación de las aguas subterráneas además de las de los cauces que la irrigan. El fondo está constituido por limos y turbas. Las aguas se drenan hacia el mar, a través de las numerosas acequias. La vegetación de las zonas menos húmedas y adehesadas está formada por chopos, eucaliptos y otras.

MARJAL DE OLIVA-PEGO

Está a unos cinco kilómetros al sur del centro urbano de Oliva. Se trata de una extensa zona húmeda de unas 1000 hectáreas prácticamente plana, que se inunda con cierta frecuencia por el aporte de las aguas subterráneas. Aquí se recoge y remansa el agua procedente de las Sierras Gallinera y Mustalla, bien por las aguas de los barrancos, o bien la de los «ullals», e incluso algunos ríos como el Molinell, Vedat o Bullens y el Racons. En este hábitat se pueden encontrar especies animales como la cigüeña, el pato zampullín chico, la polla sultana, la gallinita de río, la garcilla bueyera y la rara garcilla cangrejera. De las especies piscícolas destaca la anguila, la tenca, la lubina y el black-bass.

En el paraje conocido por Calapatar, en un ensanchamiento del río Bullent, abundan los «ullals» y plantas como los carrizos, además de numerosísimos caracoles, y un pez autóctono casi extinguido, el samaruc. Junto a la Ermita de Sant Pere y su estrecho puente, se pasa por las antiguas compuertas de la acequia de varios arrozales, y a poca distancia se encuentra un manantial de aguas termales y saladas llamado La Font Salada, en las que se recomienda bañarse para mitigar enfermedades de la piel, y donde están presentes especies vegetales como los juncos, eneas, carrizos y lirios. Entre los peces sobresale la carpa, el mujol y el barbo.

PLATOS TÍPICOS DE GANDIA

Productos de la huerta

En toda la provincia, y en particular en la comarca de la Safor se sirven como entrantes alimentos bañados en salmuera, como por ejemplo el tomate, el pimiento verde, el cardo y las aceitunas partidas de sabor amargo. Para elaborar la salmuera es típico usar la «pebrella» además del tomillo. Entre los platos de huerta más representativos se encuentra el espencat o enguellat, con pimientos y berenjenas asados, que se pelan y cortan, y aliñados con ajo picado, sal y aceite de oliva, y en ocasiones puede incluir algún pedazo de bacaladilla o bacalao en salazón. El bullit valencià, que es un hervido de cebolla, judía verde, patata y zanahoria, lechuga y diversas hierbas silvestres.

Sopas y platos de puchero

Un plato muy conocido es el arròs en crosta, en el que se cuece el arroz al horno, batiendolo en huevo para que lo cubra, y se añade embutido. La sopa coberta es una sopa hecha a base de casquería de aves más el caldo del puchero. Las faves solsides se hacen con judías secas o de temporada, guisadas con menta. El blat picat, es típico del pueblo de Villalonga y es propio del invierno; se prepara con trigo al que se le ha quitado la corteza y se añaden verduras, patatas y varios tipos de carne.

Tortas o coques de la Safor

las coques son una de las especialidades más conocidas de la comarca: fritas con agujero en medio, de harina escaldada, de masa de pan, harina de trigo y maíz. Son famosas las coques de mestall, con harina de trigo y maíz, fritada de pimiento y atún en salazón. El minjo es una pasta muy fina de harina a la que se añade gran variedad de productos, como aceite crudo, cardo en salmuera, pescados, etcétera.

Los arroces

Una forma muy usada de preparar el arroz es al horno en cazuela de barro, como en el arròs al forn amb tonyina negra, que se prepara con el tronco oscuro del atún de salazón, tomate y piñones acompañado de ajo. El guisat de polpets, son pulpos rellenos de arroz y cocidos en cazuela, es típico casi exclusivamente de Miramar. Y como no podía faltar, el plato por excelencia de la cocina valenciana y española que es la paella, aquí se acostumbra a preparar la paella de cebolla y patata, la de espinacas y garbanzos, la de coliflor, la de habas tiernas y la de alcachofa, de caldo de pescado, a la marinera, con anguilas y caracoles, de boquerones y otras. Pero el plato por excelencia de la Safor, originario de la propia ciudad de Gandía y que ha traspasado las fronteras de la comunidad valenciana e incluso de España, es la fideuà, especie de guisado con muchos ingredientes mediterráneos, como la pasta en forma de arco, los fideos, marisco, verdura y otros que pueden variar.

Los pescados

Sin duda es la anguila uno de los más apreciados productos del mar, presente en multitud de platos, como el allipebre y el espardenyot, parecidos ambos, con anguila guisada aunque el segundo se acompaña de conejo o pollo. Otros platos de cierta fama en la comarca son el suquet de peix, sepia encebollada, la sopa blanca de lubina, etcétera.

Las carnes

En la comunidad valenciana y también en la Safor tiene mucha aceptación la carne de cerdo y la de cordero, cocinados de muy diferentes maneras. Así se preparan las cabeçoles de corder, el llom farcit, los peus de porc, el guisat de tanda y otros. Con hígado de cerdo se elaboran los figatells, especie de semiconserva dentro de la chacinería valenciana.

Salazones

De la gran variedad de salazones que aquí se preparan, las estrellas son las de huevas y mojama de atún. Otros más corrientes y baratos son los capellans, especie de bacaladillas, el bonito al horno, sardina salada , las huevas de corvina, bull o tripa de atún, melva en conserva, etcétera.

El plato por excelencia: la fideuà

Para elaborar la clásica fideuà se prepara primero un caldo de marisco y pescado con cangrejos, rapes pequeños y un hueso de mero o pez emperador, para añadirle después laurel y cebolla con cáscara. En una paellera se sofríe en aceite de oliva el rape, las cigalas, gambas. Se sofríen ajos con piel, más una sepia troceada y tomate rallado. Cuando está el sofrito se añaden los fideos mezclados con todo y removiendo. Después se incorpora el caldo, pimentón dulce y azafrán. Antes de cocerse los fideos se decora la fideuà con cigalas, galeras, gambas y mejillones y se añaden los cangrejos antes sofritos.

Historia de Gandia

Desde los primeros asentamientos hasta la conquista por Jaime I (1240).
Gandía demuestra a partir de los restos arqueológicos encontrados en sus cercanías su temprana ocupación, como en restos encontrados en las excavaciones de las cuevas del Parpalló y Les Meravelles. El origen de la ciudad como asentamiento estable parece corresponder a la época ibérica, para después conocer la visita de fenicios y griegos. Los romanos dejaron mayor huella en Gandía, así fundaron el Castillo de Bayrén. Después, con los árabes instalados aquí, debió haber algunas alquerías dispersas protegidas por fortificaciones, como las cercanas de Rebollet y de Palmar. Sin embargo, con la categoría de núcleo urbano no se debería hablar de Gandía hasta por lo menos el año 1240, fecha en que le rey Jaime I conquistara Bayrén. También se han encontrado restos ibéricos y se ha podido comprobar un intenso proceso de romanización.

Gandía Medieval

Con la construcción a finales del siglo XIII del recinto amurallado de la ciudad, Gandía se había convertido en una villa medieval floreciente, gracias a la agricultura de la caña de azúcar, el comercio y la artesanía. En 1323 el rey Jaime II concede el Señorío de Gandía a su hijo, el infante Pere. El hijo de éste, Alfons el Vell, hereda en 1.359 este territorio y título, y lo eleva a la categoría de Ducado Real en 1399. El nuevo Duque de Gandía, Alfons el Vell hará de la ciudad su residencia habitual, convirtiéndola en una gran corte, y donde florecieron las bellas artes; en el terreno literario, con las figuras de Ausias March, Joanot Martorell y Roís de Corella. En cuanto al patrimonio artístico, se realizarán obras como el Palacio Ducal, el Convento de San Jerónimo de Cotalba o la reforma de la Iglesia de Santa María la Mayor.

La etapa de los Borja / Borgia (1485-siglo XVII)

El Ducado de Gandía fue adquirido por el cardenal Rodrigo de Borja en 1485, para su hijo Pedro Luis, primer duque de Gandía, y esta etapa representa un momento de gran esplendor para Gandía. A éste le sucede su hermano Juan, quien se casa con María Enríquez. Este segundo duque es asesinado en Roma en 1497, y dada la minoría de edad de su heredero, en los años siguientes es María Enríquez quien hizo de regente. El heredero, Francisco de Borja, comienza una segunda muralla y un colegio que luego fue Universidad de Gandía. En 1.550 abdica en su hijo Carlos de Borja, para ingresar como religioso en la Compañía de Jesús. Carlos, casado con Magdalena Centelles y Folch, hermana y heredera del conde de Oliva, consigue que Gandía sea uno de los territorios más florecientes de la península. A Carlos le sucede su hijo Francisco de Borja y Centelles, y es con él, a partir de la última década del XVI cuando hay grandes signos de crisis en el ducado, con un gran déficit de la hacienda pública, un endeudamiento de la nobleza, la expulsión de los moriscos, la decadencia del cultivo de la caña de azúcar, la peste, el bandolerismo y la segunda Guerra de Germanías, que harán del siglo XVII un momento crítico para la historia de Gandía.

Siglos XVIII a XX. La Guerra de Sucesión de la corona española supuso para el Reino de Valencia la pérdida de sus Fueros, después de la batalla de Almansa de 1707. Además, los duques de Gandía apenas se dejaban ver por la comarca, y esto crea una oposición contra el dominio señorial. A mediados del XVIII muere en Madrid el XI Duque de Gandía, Luis Ignacio de Borja y el título pasa a sus parientes mas próximos, primero los Benavente y posteriormente a los Osuna, actuales poseedores del Ducado de Gandía.

Tras las Cortes de Cadiz de 1812, el régimen feudal es abolido y los súbditos se liberan de la tutela señorial en los antiguos feudos de los Borja. En 1.881 comienza la demolición de las murallas y se edita el primer periódico, «El Litoral». En 1886 se inaugura el puerto del Grao y en 1893 funciona el ferrocarril Gandía-Alcoy. Gracias a los adelantos técnicos y de transporte se extiende el cultivo del naranjo, que dio a toda la comarca un impulso espectacular hasta bien entrado el siglo XX, momento en que esta agricultura y la exportación de sus cosechas, unido al avance imparable de la actividad turística y la oferta hotelera creciente han hecho de Gandía y su entorno un foco de desarrollo de primer orden.

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