Vias verdes en Madrid

Vias verdes y rutas en Madrid

Senderos naturales cerca de la capital
Río Tajuña: Descansa en una isla

La vía verde del Tajuña discurre por la vega del río y su rojo asfaltado y buena señalización la convierten en una aventura muy cómoda. A las afueras de Morata de Tajuña, adonde se puede llegar en autobús , una señal indica el punto de partida de los 34 km de la ruta. Al atravesar la población, puedes visitar la iglesia de la Concepción y admirar el decimonónico Ayuntamiento, considerado uno de los más bonitos de la Comunidad de Madrid.

Tras salvar algunos badenes, te será fácil llegar a Perales de Tajuña, atravesar sus calles de casas encaladas y hacer una parada en algún bar del pueblo. También puedes descansar en la isla fluvial de Taray, formada por la bifurcación del río Tajuña, y en la que hay antiguas fábricas de papel y una ermita, además de sauces, adelfas y cerezos. La vía pasa luego por debajo del viaducto de la A3 y se interna en el valle del Tajuña, cuya verde vega está delimitada por impresionantes farallones de yeso en los que hay cuevas del Neolítico. De aquí a Tielmes.

Estaciones reconvertidas

La vía sigue trazando su línea roja sobre el paisaje. De vez en cuando aparecen solitarias estaciones con historia, como la de Chavarri, donde se cargaban las botellas del agua de Carabaña. Entra en su iglesia renacentista y el palacio del Virrey. Después puedes enlazar con la vía verde del Tren de los 40 días hasta Estremera.

De vuelta a la vía original, el siguiente pueblo es Orusco de Tajuña, donde la antigua estación es hoy un mesón. La parada está más que justificada. Visita Villa Castalla, antiguo molino reconvertido en un museo-tienda de alfombras y muebles de mimbre. Un agradable tramo entre arboledas y pequeños acantilados sobre el río te llevará hasta Ambite, punto y final de la ruta.

Curiosidades:

Durante la batalla del Jarama (1937) el ejército franquista cortó el enlace ferroviario Madrid-Alicante entre Ciempozuelos y Getafe. Para poder abastecer a la capital asediada se construyó rápidamente un nuevo tren que unía Torrejón con Villacañas a través de Tarancón. Así nació el Tren de los 40 días, porque ése fue, exactamente, el tiempo que se tardó en construir.
Río Alberche

Via verde del Alberche

La vía verde del Alberche, que bordea el río en los 14 km que separan San Martín de Valdeiglesias del embalse de Picadas, te llevará hasta las estribaciones de la sierra de Gredos. La aventura da comienzo en lo que iba a ser la estación de San Martín de Valdeiglesias y ahora es un centro juvenil junto a la piscina municipal. Aquí ya verás movimiento de bicis y de mochileros, que habrán llegado hasta aquí desde Madrid, en coche o en autobús, recorriendo los 73 km de distancia. Antes de emprender la ruta, aprovecha para visitar el castillo de Coracera, del siglo XIV, o la iglesia de San Martín Obispo, del siglo XVII. Y si tienes tiempo, acércate al popular pantano de San Juan, tradicional excursión veraniega para muchos madrileños. Y si quieres entrenarte para la ruta con alguna actividad acuática, contacta con el Real Club Náutico de Madrid (91 864 61 90).

Pinares, encinas, olivares, viñedos y rocas de granito enmarcan la vía. Tras una larga pendiente, aparecen las primeras urbanizaciones de Pelayos de la Presa; el ir y venir de los coches y vecinos irrumpirá en la paz que ya habías empezado a saborear, y más cuando la ruta se convierte en una calle, la avenida de la Vía. Pasado el edificio de la estación, que se conserva bastante bien, la vía se interna en un denso pinar donde se esconden las ruinas del monasterio de los Bernardos Pelayos, del siglo XIII. Lamentablemente, no podrás visitarlo porque el edificio es propiedad privada.

Entre vinos y piragüas

En este punto la vía se corta y sólo podrás llegar al curso del Alberche por la carretera. Un sendero ascendente te permitirá retomar la vía ya cerca del área recreativa del embalse de Picadas, con su ajetreo de domingueros y chiringuitos cuando llega el buen tiempo. Si no caes en la tentación de unirte a la ruta de vinos y tapas, un viaducto te permitirá llegar al apeadero de San Juan, refugio circunstancial para piragüistas. Desde la vía, que ahora bordea el embalse, los verás aplicándose a los remos. La vía cruza por completo el pantano y llega al lugar donde se proyectó construir la estación de Navas del Rey, y que nunca se terminó. Muy cerca está ya el dique de Picadas, el final del camino.

Curiosidades:

Los raíles de la actual vía verde del Alberche nunca llegaron a utilizarse. Eso sí, se inauguró con todos los honores y al estar desconectados de otros tramos, el tren tuvo que transportarse en camiones. Por alguna carpeta burocrática se perdió el expediente del señor Régulo, uno de los vigilantes de la obra, que siguió en su puesto muchos años después de la interrupción definitiva de los trabajos en la Guerra Civil.

Via verde Rio Guadarrama

Pocos madrileños saben que una de las vías verdes, la del Río Guadarrama, sale prácticamente de la capital. O más bien, de una de sus ciudades: en Móstoles nace el trazado que comunica, tras 23 km, con Villamanta, en los aledaños de la sierra de Gredos. Los primeros pasos o pedaladas los darás a partir de la estación de cercanías Móstoles-El Soto, y hay que resignarse: estamos todavía en un territorio muy urbano. Menos mal que enseguida la senda bordea el verdor del parque de El Soto. Un paseo por su lago puede ser un aperitivo para el sereno tránsito que te espera, aunque si echas la vista al fondo seguirás viendo los bloques de pisos de Móstoles.

Ojo con estos puentes

Llegados al río Guadarrama, un casi fantasmal y antiguo puente metálico permite cruzarlo, aunque con extrema precaución por su mal estado. El trazado se desdibuja entonces, pero se puede retomar en torno a la llamada Casilla de Roque, desde donde, por caminos rurales, llegarás a Navalcarnero. Date una vuelta por el casco viejo de esta conocida localidad madrileña, donde destaca la renacentista iglesia de la Asunción; te evocará el original sabor rústico de la región, tipificado en la plaza de Segovia.

Desde el solar que ocupara la estación, hoy convertido en parque urbano, es preferible seguir por carretera puesto que la antigua vía está cortada por algunas propiedades privadas. Una pista rural enlaza con la vía, que transita por una arbolada y sosegada zona de huertas. Después tendrás que elegir entre aventurarte por un tramo de difícil tránsito por estar literalmente invadido por la vegetación, o volver a la carretera. Un puente en muy mal estado cruza un arroyo y después, a través de una pista de tierra, llegarás al punto final, la estación de Villamanta, que se conserva en perfecto estado.

Curiosidades:

La vía verde del río Guadarrama vió transitar, en sus tiempos, el llamado Tren de la Playa, atestado en verano de madrileños que buscaban las frescas aguas de los ríos de la región. Alguno de ellos coincidiría encantado con el rodaje, en la estación de Villamanta, del western Los cien rifles.

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