Que ver en Belgica

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Bélgica que ver y hacer

De la noche metropolitana a la vida en la más absoluta paz y la tranquilidad en el campo, todo ofrece Bélgica, la vida en Bruselas es muy relajada en comparación con Londres o París.

Valonia está situado en el sur de Bélgica y un 98% habla francés (una minoría de habla alemana de 70 000 personas vive en los condados del este de Valonia, en la frontera con Alemania, este es el equivalente de la Alsacia.

Valonia es un destino emocionante y hermoso para visitar durante todo el año, ofreciendo alternativas descansos cortos a otros bien conocidos y establecidos de una ciudad de cuentos medievales como Brujas, Ostende, Amberes o Bruselas.

Lieja, Namur, Dinant, Mons, Tournai, Durbuy, La Roche, Bouillon, Spa (la verdadera!), Arlon son ciudades hermosas país que se jactan tanto de su muy tranquila atmósfera y las mejores tiendas, como de las experiencias gastronómicas entre otras numerosas cosas.

Puede recorrer la ciudad en tren o en coche y vivir la experiencia de la auténtica historia y las tradiciones de los valones locales.

Los belgas del Sur tienen un amor profundo de las cosas buenas de la vida, de la cerveza y el chocolate, al senderismo en la tranquilidad del campo y visitar los lugares históricos de su país.

Esta tradición también se aplica a los turistas que vienen a Valonia de todo el mundo para degustar las pequeñas ciudades y aldeas que unen las carreteras del país para el auténtico valor nacional que representa Valonia.

Es cierto que en todas las ciudades, hay lugares famosos y míticos que no debemos pasar por alto. Pero lo que todo turista debería tener en mente, es que además de esa ruta por los puntos más turísticos de una ciudad o de un país, hay otros muchos lugares que también pueden ser interesantes.

Para todos aquellos que hayan optado por viajar a Bélgica, a continuación podrán aprender algunas de las cosas más curiosas que van a poder hacer en este país. Si eres de los que no buscan sólo caminar por las calles y contemplar monumentos o visitar museos, no te pierdas nada de lo que te contamos a continuación.

Actividades poco comunes

Si eres un turista poco común y quieres salirte de ese itinerario más tradicional que se realiza por algunas ciudades de Bélgica, seguro que te interesan algunas de las actividades tan poco habituales que podrás realizar en un destino como este.

Como ya sabrás uno de los alimentos más famosos en Bélgica es el chocolate. ¿Qué te parece si te paras a tomar una deliciosa taza de chocolate caliente? No probarás otra más deliciosa que la que te puedas tomar en cualquier cafetería belga. En ciudades como Bruselas, las encontrarás a patadas. Si tienes la oportunidad de viajar hasta allí, no regreses sin degustar el delicioso chocolate caliente.

Otra actividad que también puede ser interesante es ir al Carnaval de Binche. Es un festival que se celebra cada año en el mes de febrero. Fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por lo que algo debe tener para que se le otorgue este título. Una de las actividades más originales que se celebran durante este festejo, es la “batalla de las naranjas”.

Y por último, te proponemos realizar una ruta gastronómica por Bruselas. La cocina tradicional en este país es bastante sabrosa. Si tu estómago es de los que les encanta probar nuevas comidas, no puedes dejar de realizar alguna ruta de este tipo. Uno de los platos más típicos son los mejillones belgas.

La riqueza cultural de Bélgica

Además de todo esto, Bélgica es un país precioso que esconde muchos rincones con una riqueza cultural impresionante. Su patrimonio histórico es bastante amplio, tanto que se le conoce comúnmente como “el campo de batalla de Europa”.

En estas tierras han tenido lugar un gran número de batallas y luchas del continente Europeo, por lo que hay muchos rincones históricos que podrás visitar. Lo mejor de todo es que tanto conflicto no ha conseguido jamás reducir ni un ápice la belleza del entorno.

Por todo ello, Bélgica es un destino más que recomendable para realizar un viaje de placer. Anímate y disfruta con algunas de estas cosas atípicas que te hemos contado que podrás hacer en este país Europeo.

Curiosidades de Belgica

Bélgica es un país bastante conocido, pero menos popular que sus grandes vecinos. Aún así, merece la pena visitarlo, porque tiene una gran cultura, mucha historia, una gastronomía maravillosa, y unos paisajes dignos de fotografiar. Y por supuesto, tiene sus curiosidades, leyendas, anécdotas y chascarrillos. Aquí trataremos de sintetizar algunas cuantas, porque no todo es turismo cultural.

Entre comida y el Manneken Pis

Todo el mundo sabe que un de los productos más exportados de Bélgica es el chocolate. Por eso, es lógico que las calles belgas estén llenas de chocolaterías y tiendas relacionadas con este producto. Es una curiosidad, pero también es lógica, que el aeropuerto de Bruselas sea el aeródromo que más chocolaterías tiene en el mundo. Esto es asombroso, ya que en contrapartida, existen aeropuertos -dentro y fuera de Europa-, que apenas cuentan con negocios. Además, se dice que la producción de chocolate en Bélgica puede llegar a las 220.000 toneladas al año. Es increíble.

Aunque no es famoso por ello, deberíamos tenerlo en cuenta cada vez que viajamos por este país. Y es que Bélgica fue la creadora de las patatas fritas. Sí, hoy se comen en cada rincón del mundo, gustan a niños y a pequeños, a mujeres y a hombres… y se inventó en Bélgica. Aunque las patatas en sí llegaron a Bruselas desde América a través de España, las patatas frías nacieron de la mano de un grupo de pescadores que, ante la imposibilidad de pescar debido a las bajas temperaturas, decidieron cortar patatas en forma de pez, y freírlas a ese modo. Quieras o no, es una historia de lo más curiosa. También es debido a esto que sea uno de los principales platos de Bruselas, las moules avec frites, es decir, almejas con patatas fritas, una combinación de lo más extraña. También es frecuente ver pequeños puestos en las calles de Bruselas, en los que puedes comprar patatas fritas recién hechas.

Si ya conocías el Manneken Pis, probablemente también sabrás que existe una versión femenina, la Janneke Pis, que está más escondida, pero que si sabes ir a la cervecería Delirium, la encontrarás fácilmente. Pero la cosa no queda ahí, sino que también tienen por distintas calles del país, un perro meón, llamado Zinneke Pis. Es de lo más gracioso, y absolutamente bizarro, porque solo nos queda pensar, ¿qué será lo próximo?

En cuanto a la cultura, diremos que Bélgica es una confluencia entre las distintas corrientes de sus países vecinos: Francia, Alemania y los Países Bajos. De ahí, que tenga hasta tres idiomas oficiales: el más común es el neerlandés, pero la gran mayoría habla francés, y un pequeño porcentaje, demás de los dos anteriores, alemán. Esto también se nota en la cocina, que tiene mucha influencia de la gastronomía francesa.

Bélgica es además, una de las principales productoras de cerveza en Europa. Es tan larga la tradición, y tan antigua, que se dice que la mayoría de los pueblos de este país, por pequeños que sean, fabrican su propia cerveza. Así que una de las alternativas más curiosas, para aquellos a los que les gusta esta bebida, sería hacer una ruta de la cerveza.

El arte en Belgica

Bélgica pertenece a un estado de la Europa Occidental, que limita con Holanda, Alemania, Luxemburgo y Francia. Tal vez por eso ha tenido en su cultura y en su arte gran influencia de estos países ya mencionados. Dentro de su vida política y social, se encuentra el pequeño pero muy importante mundo del arte; en donde varios artistas se desempeñan en diversas áreas artísticas; tales como la literatura, música, pintura, escultura, teatro, etc. Ahora solo abarcaremos un poco de este amplio mundo del arte.

La literatura recibió un fuerte impulso con la aparición de la revista Le Jeune Belgique en 1881, con nombres como el de Max Waller, Lemonier y sobre todo Verhaeren y Maeterlinck. En teatro destacan Crommelyck y M. Ghelderode. L literatura romántica en lengua flamenca alcanzan gran madurez en la obra de Hendrick Consdence y sobre todo de Gazelle. Como autores más atentos a las corrientes estéticas de la época, cabe citar a Streuvels, Timmermans, el expresionista Paul Van Ostaijen, Hugo Claus, Gijssen y Boon. Y de entre la últimas generaciones cabe citar a Hertmans y al poeta Renaat.

En el arte, el siglo XIX, esta dominado por la influencia francesa ( Stevens, Rops). Con el grupo Les vingt, fundado en 1884, la pintura belga alcanza un lenguaje específico, que tiene como su mejor exponente a James Ensor, de un expresionismo que habla de influir a Permeke y, a través de este, en las obras de los surrealistas Peirre Delvaux y René Magritte. En la arquitectura se destacan dos figuras: Van de Velde y Víctor Horta.

Gastronomia Belga

Vayas a donde vayas, en Bélgica encontrarás cerveza y chocolate en abundancia. No te resultará difícil encontrarlos por cualquier rincón. Además, hay que decir que son dos auténticos manjares. Para los amantes de este alimento y de esta bebida este es sin duda un verdadero paraíso.

Moules

Uno de los platos más típicos y que de seguro encontrarás en todos los restaurantes son los famosos moules. Allí se utiliza mucho el pescado, el marisco y las patatas a la hora de preparar los platos. Pues bien, este del que te hablamos es de los más sencillos pero muy sabroso.

trata simplemente de unos mejillones cocinados en ollas y acompañados por una salsa y unas patatas fritas. Podrás encontrarlo incluso en bares y el plato se llama moules frites.

Ya que hablamos de patatas, debes saber también que las encontrarás por todos los rincones. Tanto en restaurantes y bares como en puestos ambulantes, en todos ellos podrás comprar patatas y degustarlas con distintas salsas.

Comida rápida

Para aquellos que no dispongan de mucho tiempo para disfrutar de su gastronomía, os recomendamos la comida rápida. La encontraréis en esos puestos ambulantes o tenderetes, que además de patatas ofrecen tambiénarenques, salchichas, jamón y queso. 

Pescado

El pescado es otro de los clásicos. Los arenques, las sardinas y las anguilas son parte de la gastronomía belga. Nunca faltan en las cartas de los restaurantes, al igual que tampoco falta el pescado seco, que allí lo llaman scholle.

Menús típicos de Bélgica

Para que sepas lo que tienes que pedirte cuando vayas a un restaurante, te vamos a hacer algunas propuestas para que incluyas en tu menú del día. En él nunca debe faltar una sopa, un entrante con pescado o marisco, un plato principal con carne y patatas o verduras y por último el postre.

Puedes tomar como referencia este menú que te proponemos a continuación, pero puedes elegir de la carta lo que más te guste, ya que hay mucha variedad.

Para empezar te recomendamos un potage brabançon, que no es más que un guiso de cebollas y col con yema de huevo y leche. Como entrante no pueden faltar los moules. De plato principal la carbonade flamande, un estofado de carne con verduras y cerveza, realmente delicioso. Y de postre cramique, pan dulce con huevo y leche.

Seguro que se te ha abierto el apetito con tanta comida. Si viajas a cualquier parte de Bélgica no te olvides de probar por lo menos alguno de estos platos. Hay muchos más, así que si tienes la oportunidad no dejes escapar ni un solo plato de su deliciosa gastronomía.

El chocolate Belga

Quien prueba el chocolate en Bélgica puede darse por hechizado completamente, ya que esta delicia es uno de los mayores tesoros del país y el mejor chocolate del mundo. Nadie puede resistirse a comprar una cajita de este exquisito chocolate en su viaje a Bélgica, de hecho en las tiendas de souvenirs más que postales o pequeños recuerdos para los viajeros, se venden cajitas decoradas de mil y una formas rellenas de los tradicionales bombones belgas.

La historia del chocolate belga empezó en 1857, con la llegada de Jean Neuhaus y su cuñado, dos suizos que se instalaron en la Galería de Queens con su mitad panadería y mitad farmacia. Su idea era romper con la idea de los medicamentos de la época, ofreciendo sabores distintos y dulces. La idea se perfeccionó tanto que en 1912, el nieto de Jean Neuhaus, salió de su fábrica con los primeros pralinés, una versión de los antiguos bombones.

No fue hasta algunos años después hasta que la esposa del nieto de Jean Neuhaus, Ballottine, decidiera darle otra apariencia a los bombones, colocándolos en una cajita decorada para hacerla más atractiva.

Con la aparición de Neuhauss también salieron a la luz otras fábricas y marcas de chocolate, aunque Neuhaus es la empresa líder en elaboración de chocolate, no sólo en Bélgica sino también en Luxemburgo. De hecho, es tal su importancia, que reyes y grandes personalidades forman parte de su lista de sus más importantes clientes.

El chocolate Belga lo podemos encontrar en tiendas de souvenirs, pero sobre todo en las numerosas chocolaterías que recorren la ciudad. Sólo con ver sus escaparates, caeremos en la tentación, una tentación no demasiado cara. Una cajita de unos quince bombones puede salir por el módico precio de cinco euros.

El gofre tipico dulce Belga

En Bélgica se suelen conocer tanto por el nombre que nosotros conocemos, “gofre”, como por el nombre inglés: “waffle”. Por supuesto, la región en la que más se consume y más explotan turísticamente este producto es en Bruselas, que es el lugar original de su nacimiento. Es muy conocido el término “gaufre de Bruxelles”. Y lo más asombroso es que, al contrario que ocurre con las chocolaterías, que las distintas marcas chocolateras han desarrollado formas diferentes de vender sus productos, y han hecho hincapié en la distinción de las marcas, eso no ha ocurrido con los gofres. Lo cierto es que da igual en qué parte de Bruselas los compres: en puestos ambulantes, tiendas pequeñitas, puestos en grandes almacenes… todos están igual de buenos.

Nunca solo, mejor acompañado

Cuando comemos gofres en España o en otros países, lo que más se nota en el paladar es el exceso de azúcar, hasta el punto en el que puede llegar a ser empalagoso. Esto no ocurre con los waffles de Bruselas. Pero antes, tenemos que distinguir dos tipo de gofres: uno, que es el que más se vende, y el que solemos comer, que es una masa dorada por fuera y blanda por dentro, el gofre de Bruselas y el otro es el gofre de Lieja, que es más pequeño, y más crujiente, pues está más caramelizado en el exterior. Hoy, nos centraremos en el tradicional bruselense, que es mucho más grande, ideal para compartir entre dos, si no se tiene mucha hambre.

Como hemos dicho anteriormente, son muchos los lugares en los que podemos encontrar buenos gofres bruselenses. No existe un “lugar especial del gofre”, como ocurre con la cerveza, donde es imprescindible visitar el Delirium. Cuando vas en busca de gofres, te puedes saciar casi inmediatamente, pues hay muchos puestos ambulantes y pequeños locales alrededor de la Grand Place donde puedes comprarlo. En especial en la calle que va hacia el Manneken Pis. Puedes encontrar multitud de personas comiéndose un gofre mientras posan junto a la pequeña estatua del niño meón.

Vamos a pasar a lo importante en este tema: ¿qué tal el sabor? Por muchos se esperarán algo parecido a lo que se suele comer en España, donde el gofre es una masa extremadamente dulce y que mejor no hay que ponerle apenas nada. Pensar en un gofre con chocolate y nata te satura de azúcar con solo pensarlo. Sin embargo, los gofres belgas no son así. Te esperarías algo más dulce, pero es la combinación perfecta entre lo que es la masa, y el acompañamiento.

Por eso, lo mejor es comerlo con algún sirope o topping por encima. Los hay muy simples y sabrosos, como el gofre con chocolate belga, que está sencillamente delicioso, mientras que también te puedes encontrar con algo recargado ideal para cuando no quieras cenar, como es el caso de un gofre con fruta, nata, chocolate y demás toppings. Todo es cuestión de gustos, y lo que tu paladar soporte, pues si te comes el gofre solo, estará bueno, pero probablemente eches en falta algo de sabor.

Por supuesto, lo mejor es ir al país, y probarlo en persona. Será una experiencia única.

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