Bingen que ver y hacer
Bingen am Rhim (Bingen en Rin), la espectacular magia del fuego sobre el agua, la ciudad de Santa Hidelgarda de Bingen, la torre Mäuseturm (la torre de los ratones) o el castillo de Klopp, son algunas de las maravillas que nos encandilarán durante nuestra estancia.
Los romanos dejaron su huella, primero en el nombre, llamándola Bingium, y después la constancia la encontraremos en la llamada “Villa Rústica” en los bosques de Bingen, también pusieron las primeras piedras de lo que posteriormente se conoció como la torre de los ratones.
Posteriormente la zona pasaría al dominio de los francos y cambió de manos en diversas ocasiones, al igual que toda la zona, conflicto constante entre franceses y alemanes por el control del rio.
La leyenda de la torre tendría su inicio en el 968, año en que el arzobispo de Mainz, Hatto II, la reconstruyó para convertirla en punto de peaje sobre el río.
Llegó el año 974 que el hambre asolaba la región y el arzobispo había subido los impuestos. Los campesinos se rebelaron y Hatto, para aplacar la rebelión les llamó a todos convocándolos en el granero de una granja con la promesa de darles trigo. Una vez los campesinos estuvieron dentro del granero, el arzobispo lo incendió mientras, a gritos, los comparaba con “ratones que solo servían para devorar el trigo”. Cuenta la leyenda que, a continuación, una plaga de ratones se avalanzó sobre el arzobispo que huyó y consiguió refugiarse en la torre, sin embargo los ratones llegaron hasta ella, devorándolo vivo. Esta leyenda ha dado el nombre a la torre.
La torre fue destruida en 1689 por los franceses y sería reconstruida en 1855 por el monarca prusiano, confiriéndole su aspecto actual.
También el castillo de Klopp sobre el monte Kloppberg tiene su origen en época romana, habiendo pasado, desde entonces, por todas las aventuras y desventuras de la zona hasta la segunda guerra mundial. Derruido y reconstruido en numerosas ocasiones, hoy día, es uno de los emblemas de la ciudad. Desde la atalaya del castillo se obtiene una espectacular imágen del inicio de la ruta del Rin Medio, con la ciudad de Bingen en primer plano, su torre de los ratones en la isla del río y los viñedos tan característicos en sus laderas.
Un personaje histórico que llena de orgullo la ciudad es Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), que fue abadesa, líder monástica, mística, profetisa, médica, compositora y escritora alemana y ha sido llamada la Sibila alemana. Mujer excepcional en su tiempo, con sus escritos, se enfrentó al mismísimo Federico Barbaroja y su cisma.
De las obras religiosas que escribió Hildegarda, destacan tres de caracter teológico: la Scivias, sobre teología dogmática, el Liber Vitae Meritorum, sobre teología moral y el Liber Divinorum Operum, sobre cosmología, antropología y teodicea.
Otra de sus obras destacable es Lingua ignota, primera lengua artificial de la historia, por la que fue nombrada patrona de los esperantistas.
También compuso setenta y ocho obras musicales, agrupadas en Symphonia armonie celestium revelationum.
En su honor se celebra, anualmente, el Otoño Hildegard cuyos eventos reúnen conciertos, exposiciones, teatro, conferencias y excursiones para honrar a la mística.
Se puede visitar la Abadía de Santa Hildegard o de Rupertsberg, cercana a la ciudad, que fue construida entre 1148 y 1150, por ella misma con el objetivo de fundar su propia comunidad con las monjas que, con ella como abadesa, compartían el monasterio de Disibodenberg, que era, realmente, de monjes.
También cuenta, como no, con un museo dedicado a su honor, llamado “Historische Museum am Strom – Hildegard von Bingen”, el cual se encuentra en una antigua central eléctrica. En él se presentan tres exposiciones permanentes: “Romanticismo del Rin”, las perspectivas, vida y obra de Hildegard von Bingen así como obras expuestas originales del instrumental de un cirujano romano.
Otro museo importante de la ciudad es el Museo Stefan-George, el cual se encuentra en la casa del poeta, también llamada “caja de avena” de Bingen. La exposición de este museo documenta la vida y obra del poeta y se pueden apreciar el pupitre de George, parte de su biblioteca-legado, libros y esculturas.
Bingen es una ciudad activa durante todo el año y, entre otros eventos cuenta también con los llamados “Conciertos Maestros de Bingen”, de música clásica que, a lo largo del año, incluyen entre seis y ocho conciertos temáticos.
También celebra en setiembre la “Fiesta de la Vendimia” (Das Binger Winzerfest), la más larga de todo el Rin, que incluye degustaciones de vino, fuegos artificiales, mercado de artistas, parque de diversiones, desfile y mucho más.
Otro evento importante en la ciudad es el “Jazz Festival Bingen Swingt” que se celebra, anualmente, en junio, llenando diferentes escenarios, repartidos por toda la geografía urbana, de ritmo, ambiente y espectáculo.
También en junio tiene lugar el festival “Theater Open Air”, durante el cual el castillo Klopp se convierte en un escenario teatral. Un pintoresco escenario con vista al valle del Rin que, además de la oferta cultural, nos ofrece ricas delicias culinarias que hacen del festival, el evento del año.
En agosto, durante un fin de semana, celebran la “Noche romántica del vino” (Rüdesheimer Weinfest), donde se puede disfrutar, en comunidad con los habitantes del lugar, de su rica y variada gastronomía mientras degustas los excelentes vinos de la zona.
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En agosto y septiembre tienen lugar los espectáculos pirotécnicos sobre el río llamados “El Rin en Llamas” (Der Rhein im Feuerzauber). Siete espectaculares castillos de fuego se elevan desde otros tantos sitios en la ladera del río para ofrecernos una incomparable visión nocturna del río iluminado por los miles de centelleantes cohetes de todos los colores.
En definitiva, se podría decir que Bingen am Rheim, como buena ciudad renana que es, vive para celebar, cualquier cosa es motivo de una celebración y una fiesta. El espectáculo y la diversión están asegurados en conjunto y armonía con su cultura, sus tradiciones y sus leyendas.
