Que ver en Viena

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El verano es una temporada ideal para conocer el centro de Europa y la que fue en su día la capital de uno de los imperios más grandiosos de la historia, Viena, la ciudad del Danubio.

En el corazón de Austria se alza la antigua ciudad imperial, capital de la cultura y de la música, siempre sorprendente, romántica y majestuosa. Las temperaturas cálidas del verano invitan a lo largos paseos por sus intrincadas calles, cuidados parques, jardines y palacios. 

En las noches de julio y agosto la ciudad se llena de música, no en vano Viena fue el epicentro de la cultura en los siglos XVII, XVIII y XIX. Y en cada esquina de la capital se recuerda a algunos de sus más ilustres habitantes y compositores como Wolfgang Amadeus Mozart o la familia Strauss.

Que ver en Viena

Uno de los aspectos que más sorprende al visitante son las dimensiones urbanísticas de Viena. Los Habsburgo, familia reinante durante casi 650 años, eran grandes constructores. El Palacio Imperial da buena fe de ello. Es casi una cuidad cuya construcción empezó en 1220 y ha sido continuamente ampliada hasta el siglo XX.

En su interior alberga la Escuela Española de equitación, que se remonta a la época del Emperador Carlos V. Un espectáculo abierto al publico que no deben perderse, muestra a los majestuosos caballos blancos que ejecutan armoniosamente los pasos de alta escuela al ritmo de polca y vals. La misa cantada por los niños cantores de Viena, es otro de los espectáculos que ofrece esta cuidad, y tiene lugar todo los domingos a las 9.15.

Otra gran atracción turística es el Schloss Schombrunn, la residencia real de verano. Construida en 1696, está rodeada de unos espectaculares jardines barrocos. Los apartamentos Imperiales, la capilla, el teatro rococó y varios salones de baile se incluyen en la vista. Pero además de sus palacios, el centro antiguo de la ciudad, conocido como el primer distrito, gira en torno a la monumental catedral de San Esteban. Todo el centro está bordeado por el Ring (anillo), un amplio bulevar de 4 km de largo y 57 de ancho que alberga en todo su recorrido de edificios de gran magestuosidad.

Schloss Schombrunn

Algunos de estos edificios los podemos contemplar en un recorrido por el clásico tranvía vienés a lo largo de todo el Ring. Destacan el teatro de la Ópera, de estilo romántico, la iglesia Votiva, de un bello estilo neogótico, el Ayuntamiento, otro imponente edificio que data de finales del siglo XIX o el cercano Burgtheater, teatro de la ciudad, con más de 200 años.

Además del tranvía, las calesas tiradas por caballos pasean a los vieneses y a sus visitantes por la ciudad desde 1670 y realizan un completo recorrido. No obstante conviene discutir el precio del viaje anticipadamente con el cochero para no llevarse sorpresas.

La imagen que ofrece Viena desde el cielo, con sus torres, cúpulas, e iglesias es también digna de observar, por ejemplo desde lo alto de la catedral de San Esteban, de la iglesia de San Carlos Borromeo o desde lo alto de la noria del Prater, la alternativa más emocionante.

De compras por Viena

El Heimatwerk es la tienda oficial de la artesanía popular del lugar. Hay una en cada ciudad austriaca. En ella los artículos siempre son de calidad, aunque a precios relativamente elevados.

Las mejores tiendas de la capital se encuentran en el triángulo formado por el teatro de la Opera, la catedral y la Michaelerplatz.

Kärntnerstrasse, peatonal desde 1974, es la calle de más renombre y más importancia. En esta céntrica zona están los comercios más clásicos para comprar ropa típica austriaca. Estos trajes tradicionales no son disfraces, sino vestidos de las zonas rurales usados actualmente tanto a diario como para ir a una fiesta. A veces se acompañan de bonitos sombreros de fieltro.

Porcelana y bellos servicios de mesa, famosos desde la época de los Habsburgo, se pueden encontrar en la cadena Aurgarten Porzellan, en Pawlata (Kärntnerstrasse 14) y en Lobmeyr (nº 28). Esta última fundada en 1823, alberga un pequeño museo dedicado al cristal, otra de las joyas austriacas cuya excelente calidad y manufactura compite con el cristal de bohemia, de su vecina Republica Checa.

Los fines de semana de verano se organiza un mercado de artesanía y antigüedades en el paseo del canal del Danubio, entre Schwedenplatz y Schottering. El Flohmarkt o rastro funciona los sábados en la partes posterior de Naschmarkt, al sur de la ciudad. Recibe siempre muchísimos visitantes atraídos por su animación y buenos precios.

Gastronomía de la ciudad

Su cuidada, variada y sabrosa gastronomía, sus delicados vinos y cafés y el ambiente siempre alegre de las calles, tabernas y cafeterías vienesas, enriquecen este viaje, ya de por sí lleno de alicientes. 

Platos típicos

La cocina austriaca es una sabia mezcla de platos de procedencias dispares: húngaros, bohemios, judíos e italianos, dejaron su huella en la cultura y en el ámbito gastronómico del imperio.

El plato vienés más clásico es el Wienerschnitzel, un enorme escalope empanado acompañado de una ensalada tibia de patatas. Otro famoso plato es el Tafelspitz, consistente en buey cocido con verduras, vinos y especias. Reconocimiento mundial tienen las recetas de caza mayor como el corzo, venado o jabalí, acompañadas de salsas de frutos rojos.

Postres

La pastelería y repostería tienen un merecido prestigio. La Sachertorte, tarta de chocolate negro con confitura de albaricoque, es un mito culinario desde su invención en 1832. El hotel Sacher, además de ofrecer esta trata en su lujoso café de la planta baja, dispone de una pastelería propia en la que vende únicamente el apreciado pastel y lo envía a cualquier parte del mundo.

Gran variedad de cafés

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, se contaban más de 1.200 cafés en la capital. Estos desempeñaron un papel preponderante en la cultura y en la vida social de los intelectuales y burgueses de entonces. Actualmente sigue siendo un local de reunión, de tertulia o simplemente un lugar para leer el periódico con tranquilidad. Hay muchísimas variedades de café: en Schwarzer, (tipo expreso), Moka, (solo), el Turco, (con poso), Brauner, (cortado), Melange, (mitad y mitad), por citar algunas. Se suele acompañar de un vaso de agua y muchas veces con un apetitoso pastel. El café vienes (con nata montada) es denominado Kapuziner.

En los Heurigen situados al borde de los bosques vienenses, se consume el vino recién cosechado de pequeñas viñas familiares. Hay más de 600 en los alrededores de la ciudad y suelen ofrecer ensalada, embutidos, quesos y pan como acompañamiento. En verano, las largas mesas de madera se instalan al aire libre y el vino anima a los visitantes a cantar letras populares.

Uno de los reclamos más habituales para disfrutar de la noche son los famosos Heurigen, locales al aire libre en los que se sirve vino blanco joven, están en Grinzing, un pintoresco pueblo rodeado de viñedos.

Tabernas

Está algo retirado del centro, a casi media hora de coche. Se les reconoce porque tienen un emblema con hojas de parra y ramas de pino en la puerta. Los más populares están en Cobenzlgasse: Altes Presshaus (n.º 15), Hauermandl (n.º 20) y Weinbottich (n.º 28). Suelen abrir sólo para cenar y hay más de 600 en los bosques de Viena. 

Teatro y ópera

El teatro que actualmente se representa en la antigua capital de los Habsburgo es muy variado: los musicales suelen tener lugar en el Theater an der Wien, mientras que el English Theater ofrece representaciones en lengua inglesa. Los tradicionales son el Burgtheater y el Akademie Theater.

Los conciertos de música clásica tienen lugar en la Konzerthaus (Lothringerstrasse 20) o en el Musikverein (Bösendorferstrasse 12). La ópera es el centro de la vida social vienesa, por lo que es muy difícil conseguir entradas. Para operetas y musicales, es recomendable la Volksoper, en Währingerstrasse 78. Suele haber conciertos de música pop en Austria Center (Am Hubertusdamm 6).

La oficina de turismo publica mensualmente un programa detallado de las posibles actividades ofrecidas en la ciudad. Al exclusivo Eden-Bar (Liliengasse 2) conviene ir bien vestido. El Klimt-Bar del hotel Hilton sirve deliciosos cócteles a un público mixto. El Loos-Bar (Kärntnerstrasse) es ya una institución. La gente joven suele frecuentar los locales de la Kärntnerstrasse.

Cafés

Los vieneses son también muy aficionados a los cafés. La práctica totalidad de los hoteles dispone de uno propio. León Trotsky pasó sus últimos días de exilio jugando al ajedrez en el Café Central. Aún mantiene la decoración del siglo pasado. El Café Demel es un clásico desde la época imperial. Gerstner es perfecto para hacer una parada después de las compras, así como Sluka, en la Rathausplatz. El Landtmann, el Mozart y el Café Hawelka, son también muy conocidos. En todos hay una variada selección de cafés: con crema, con brandy, con helado, etc. La pastelería es excelente y tiene una presentación muy atractiva.

Discotecas

Las discotecas más populares son Volksgarten Disco y U-4. El mejor cabaré es el Moulin Rouge (Walfischgasse 11). El casino está en el Palais Ester-házy, en el número 41 de la Kärntnerstrasse.

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