Que ver en Linz

Linz que hacer y ver

Antes de saltar hacia adelante en el tiempo, acércate primero a la plaza central de la ciudad, la Hauptplatz, el punto de encuentro de las gentes de Linz, que aprovechan cualquier rayo de sol para sentarse en una terracita.

El punto más vistoso de la plaza es la Columna de la Trinidad, un típico símbolo barroco muy extendido en las ciudades de la Europa Central, y justo enfrente de ella hay un edificio color salmón que te indicará cuál de las fachadas pintadas en tonos pastel es el viejo Ayuntamiento.

Dale la espalda a este, cruza la Hauptplatz (¡cuidado con los tranvías!) y dirígete hacia AlterMarkt, el corazón del casco antiguo.

La parte vieja es pequeña, pero tiene algunos rincones especiales, como los patios interiores de algunas casas renacentistas, las estrechas callejuelas empedradas o la vivienda en la que residió Mozart mientras compuso su Sinfonía de Linz en 1783. Por desgracia la casa no puede ser visitada, pero como compensación podrás tomarte unos vinitos en el recogido patio interior de la vivienda, donde se encuentra el restaurante S’kistel (Altdstat, 17).

Ahora, adéntrate en el laberinto de empinados callejones que conforman el casco antiguo y acércate hasta el Castillo de Linz, desde donde se tienen unas estupendas vistas del Danubio.

Consulta nuestra Guía de que ver en Austria.

Museos y festivales

Después del paseo por la historia de la ciudad, es momento para que empieces a viajar en el tiempo y conozcas qué se cocerá en la próxima generación. Tu primera parada es el interesante museo Lentos (Ernst Koref Promenade, 1), ubicado frente al río en un edificio muy singular.

Fue construido en el 2003, y en sus escasos años de vida ya se ha convertido en el punto de referencia arquitectónica de la ciudad y está considerado como uno de los museos de arte contemporáneo más importantes de Austria. Su colección permanente cuenta con una variada muestra de pintura de los siglos XX y XXI, obras de diseño gráfico y fotografía.

Si la visita te lleva toda la mañana puedes tomarte un tentempié en el acogedor café del Museo (Ernst Koref Promenade, 1). No es precisamente barato, pero sí muy fashion. Justo enfrente del Lentos, en la otra orilla del Danubio, la última y muy celebrada novedad en la ciudad es el futurista Ars Electronica Center un verdadero templo dedicado a la era digital, a la tecnología y a las creaciones de arte electrónico. Aquí podrás experimentar espacios virtuales en 3D, interactuar con imágenes digitales o ver cómo funciona un robot. Si creías que todo estaba inventado, date una vuelta por el Ars Electrónica y deja que caiga el mito.

Si te engancha el tema –y podemos estar seguros que te apasionará– tienes otra cita obligada con el Festival Ars Electronica que cada año se celebra en Linz y al que acuden, provenientes de todo el mundo, las mentes pensantes que hacen posible que un robot te guiñe el ojo o que tu camiseta te avise cuando tengas cobertura WiFi. Durante el festival también se programan un buen número de happenings, performances y exposiciones de arte contemporáneo de lo más extravagante.

Si ese pequeño atisbo de futuro no ha sido bastante, acércate al OK-Center for Contemporary Art, donde se exponen otras manifestaciones culturales basadas en la experimentación y en las nuevas tecnologías multimedia.

Música  celestial

Los días de diario entre primavera y el día nacional de Austria (26 de octubre) podrás escuchar pequeños conciertos de órgano (“el rey de los instrumentos”, según Mozart) que se celebrarán en algunas iglesias de la ciudad.

Mercadillos en Linz

No hay nada mejor en un fin de semana soleado que darse una vuelta por algún mercadillo al aire libre. Estos son los más importantes: el de antigüedades, todos los sábados de 9 a 14 h en Hauptplatz. El de agricultores tiene lugar de lunes a viernes en el casco antiguo, y los martes y viernes en Hauptplatz.

Escaparates en Landstrasse

Otra de las cosas que puedes hacer en Linz es mezclarte con las multitudes en el centro y pasar la tarde entera mirando escaparates en Landstrasse. Es sin duda el lugar más concurrido de la ciudad. H&M, Hugo Boss o Esprit son algunas de las etiquetas que cuelgan de los maniquís detrás de los cristales.

Las firmas internacionales predominan igualmente en las galerías comerciales Arkade y Passage, ambas con acceso también desde Landstrasse.

Si te gustan las tiendas más costumbristas, los comercios con encanto, o los talleres de artistas, anota los nombres de estas calles: Spittelwiese, Bischof, Bethlehem o Herrenstrasse. Tomando como referencia Mariendom, la catedral de Linz –que por cierto, merece una visita–, date una vuelta por los callejones adyacentes a esta, normalmente menos transitados que la gran arteria comercial Landstrasse.

En Bischof se concentran numerosas galerías de arte, anticuarios y talleres como Hanghofer (en el 9),  especializado en piezas de bisutería de autor. En Glas Galerie Linz (en el 11) comercializan piezas únicas hechas a mano. Nuestras favoritas son las copas de cristal soplado.

Los amantes del buen beber encontrarán una moderna bodega en esta misma calle: Diego’s Vinothek (en el 4). Si eres de los que se pierden con los dulces estás de enhorabuena, muy cerca de aquí está la confitería Jindrak (Herrenstrasse, 22-24), toda una institución en la ciudad,  donde confeccionan las mejores Linzer Tort de la región (el típico pastel de Linz de almendra y mermelada).

Si aparte de la Torta de Linz quieres llevarte a casa algo verdaderamente austríaco, dirígete al taller de Sieglinde Almesberger (Studio Almesberger. Hofgasse, 7), especializado en joyería elaborada con piedras del Danubio.

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